miércoles, 26 de agosto de 2009

Matrimonio Express II Parte.-

Juntos hasta que la insatisfacción nos separe.-



No duran más de un par de años casados, y en su paseo por el matrimonio no hay infidelidades ni grandes problemas, sino tan sólo la insatisfacción de estar juntos. Son los "matrimonios express" o efímeros, como les llaman los especialistas, que se están dando cada vez con más frecuencia y que tienen dos grandes factores comunes: la poca tolerancia a los conflictos y la incapacidad de construir un proyecto de vida.

Algunas de las causa más comunes de insatisfacción las enumeraremos a continuación:

Diferencias en el proyecto de vida.- son muchos los jóvenes que no llevan un proyecto de vida en común. Aún siguen pensado en su proyecto personal e individual que tenía cuando eran solteros y lo de contraer matrimonio es solo un aliciente mas en su vida. No tienen conciencia del compromiso que adoptaron al casarse. Les falta claridad sobre el proyecto que deben construirse en común, porque siguen pensado por separado, se siguen acordando de sus amistades de solteros, que ya no ven tan a menudo, además aún reclaman un espacio para si solos. Espacio que no van a encontrar, porque en el espacio vacío que existía como persona individual, ya está el otro ocupándolo. Por eso el proyecto debe ser común y por eso existe el noviazgo, para ir preparándolo poco a poco, aunque el llevarlo a término necesite de ideas, ayudas externas y dinámicas de pareja que les estimule a seguir adelante con el mismo.

Aspectos fundamentales del otro.- no todo del otro nos gusta, pero nos compensan sus virtudes. A veces el error que se comete, es distanciarse de esos aspectos que no nos gustaban del otro pero que lo tolerábamos y compensábamos haciendo resaltar las virtudes que este poseía. Esos aspectos negativos, por la Gracia del Sacramento del Matrimonio, se van puliendo y limando hasta que se unen con los aspectos del otro, se funden en una forma de pensar y en una forma de actuar, desapareciendo lo malo que en ellos había, quedando solo lo positivo. No es bueno desentenderse de ellos, es bueno conocerlos todos y aunarlos, sacar lo bueno y seguir caminando juntos. Es un error pensar que cuando me case con el/ella lo voy a cambiar a mi gusto. Nadie cambia a la fuerza ya que cuando lo intentemos encontraríamos una fuerte resistencia y obtendríamos una separación del otro, se trata de entender y de unir aptitudes, el resto……., el resto es cosa de Dios, no os olvidéis que durante la celebración del Sacramento se derramó la Gracia del Espíritu Santo.



Desconocimiento de la pareja.- durante el matrimonio se observan cosas que antes no se veían y que estas ahora no son satisfactorias el conocerlas y nos producen una gran insatisfacción. Resulta no menos que sorprendente cuando oyes a las parejas hablar de que cortinas comprar y de que sofá nos gusta más, aspectos que tiene su espacio, por supuesto, de diálogo. Pero ¿es este el único diálogo que debemos de llevar a término antes de contraer matrimonio? O por el contrario debería de existir otro tipo de diálogo. Un diálogo que nos sirviera para conocer mejor al otro (sus inquietudes, necesidades, caprichos….) Esto son pequeñas cosas que percibimos cuando se nos pasa la época del enamoramiento y que este nos tenía veladas. Son cosas que no hemos sabido conocer o ver en el otro y cuando se desvanece el enamoramiento de quedan al descubierto y no sabemos darles respuestas adecuadas y se produce la insatisfacción de esa falta de respuestas y que no podemos dar ya que no conocemos bien al otro. Esta insatisfacción en la mayoría de los casos nos conduce a la ruptura de la pareja.

Conflictos familiares.- uno de los grandes obstáculos de los recién casados es el no saber como separarse adecuadamente de la familia de origen de cada cual. El vínculo sacramental exige que haya una ruptura con el exterior. Esto sería una ruptura de prioridad y no física, desde luego. Cuando hay vínculos que nos atan a nuestras familias de origen (vínculos afectivos por ejemplo) se nos pierde la visión de cual es nuestra prioridad a la hora de construir nuestro proyecto matrimonial el cual peligraría quedando en segundo lugar. La prioridad debe de ser absoluta hacia el otro y no hacia el exterior de nuestro matrimonio. Sin esa prioridad absoluta no somos capaces de poner límites a los demás en momentos en los que solo nosotros podemos decidir como pareja, (tener hijos, dejar o cambiar de trabajo, mudarse de ciudad….) Hoy en día los conflictos relacionados con las familias de origen son causa principal del ruptura de un alto índice de recién casados e incluso no tan recientes, y son consecuencia de una falta de diálogo como pareja.

Claves de matrimonios duraderos.- Amor, lealtad, confianza y respeto. Estos son los cuatro pilares que sostienen la satisfacción de los matrimonios con más de dos décadas de duración. El matrimonio es una unión para toda la vida de la cual participa nuestro Señor Jesucristo y que no se puede disolver. En el momento de nuestra boda contraemos ese compromiso, ese contrato de vida y para toda la vida. También tenemos que tener una responsabilidad conjunta a la hora de concebir, educar y entregarnos a nuestros hijos, sabiendo que su llegada nos vuelve a cambiar la situación de nuestra vida a la cual debemos adaptarnos con mucho diálogo y mucha oración. Las claves de esos pilares nos la enseña Cristo día a día, en el Evangelio, por eso el matrimonio cristiano necesita de la oración.

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